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08
Mié, May

Ciencia y Tecnología

Cada kilo transportado a bordo de un avión incrementa el consumo de combustible, las emisiones de sustancias contaminantes, y el dinero que se necesita para el vuelo. Unos ingenieros de la NASA y la empresa Boeing han estado trabajando juntos para diseñar un ala más larga, delgada y ligera, tan diferente de las habituales de los aviones de transporte comercial que precisa una estructura adicional de soporte, a modo de abrazadera o tirantes, para proporcionar el afianzamiento extra que necesita un ala tan larga.

 

Los investigadores esperan que la nueva ala reduzca tanto el combustible consumido como las emisiones de carbono en al menos un 50 por ciento, respecto a lo que es habitual con la actual tecnología de los aviones de transporte, y en entre un 4 y un 8 por ciento en comparación con otras configuraciones avanzadas y alas de diseños alternativos en los que se ha trabajado últimamente.

 

El modelo probado en un túnel de viento tiene una envergadura de ala un 50 por ciento mayor que la de un avión comparable dotado con la actual tecnología alar.

 

Los ingenieros del proyecto están usando modelados detallados por ordenador de la aerodinámica para profundizar en la conducta que tendrán los aviones que se construyan con alas del nuevo tipo. Utilizando resultados informáticos que muestran cómo fluiría el aire alrededor del modelo, modifican las dimensiones y la forma del ala y el armazón a fin de mejorar áreas que puedan generar flujos de aire indeseados que incrementarían el rozamiento y reducirían la sustentación. Después los ingenieros prueban los modelos en un túnel de viento, usando diversas técnicas experimentales para validar las computaciones y las predicciones del rendimiento de la aeronave.