“Los santacruceños debemos considerarnos afortunados” aseguró la titular de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer (LALCEC) Filial Santa Cruz, Susana Portela, tras participar de la ceremonia en la que ayer, la gobernadora Alicia Kirchner, suscribió un acuerdo con la Comisión Nacional de Energía Atómica (C.N.E.A.), para poner en funcionamiento el Centro de Medicina Nuclear en Río Gallegos.
Cabe recordar que en horas de la tarde del pasado jueves, en el Salón Blanco de Casa de Gobierno, la Mandataria provincial, acompañada por el vicegobernador, Pablo González, y la ministro de Salud, Rocío García, firmo un convenio con la C.N.E.A., representada en esta oportunidad por su presidente, Osvaldo Calzetta Larrieu, para poner en marcha este instituto modelo en tratamientos de radioterapia y medicina nuclear y el único en su características en la Patagonia sur.
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Portela consideró que como “santacruceña por adopción” y con su corazón puesto acá es “inconmensurable” el impacto que este lugar de salud tendrá para el “enfermo de cáncer”, un paciente que además de las alternativas de la patología en sí misma debe afrontar una enorme carga emocional ya que “la palabra cáncer siempre está asociada a la palabra muerte”.
Al respecto, remarcó que “el noventa por ciento de los cánceres se pueden curar si son tratados a tiempo” y, en ese contexto, destacó la posibilidad de contar a nivel local con un instituto con aparatología de la más alta tecnología.
“Vemos esto como una cosa que hubiera sido inalcanzable en otro momento” reflexionó, al tiempo que concluyó diciendo que a veces “los planetas se alinean y tenemos un día feliz como el de hoy”.
Cabe destacar que el Centro de Medicina Nuclear será administrado por la provincia de Santa Cruz, en tanto, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica se implementarán cursos de capacitación para el recurso humano que se desempeñe en esta nueva dependencia, brindará asistencia científica de todo tipo y proveerá de medicación relacionada con los radiofármacos.
El convenio firmado ayer establece una duración de cinco años y su renovación, aunque automática, dependerá de la disposición a continuar con la relación de ambas partes.