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Jue, Sep

Nacional

Máximo Kirchner volvió a apuntar contra el entorno libertario por el encubrimiento de pruebas en la causa Milman. El legislador denunció irregularidades y manipulación judicial en la investigación del ataque contra su madre en 2022.

A pocos días de cumplirse tres años del intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, el diputado nacional Máximo Kirchner volvió a poner el foco sobre uno de los personajes más oscuros del expediente: el actual diputado de La Libertad Avanza, Gerardo Milman.

A través de un extenso posteo en redes sociales, Máximo desmenuzó 13 hechos cronológicos que —según su denuncia— demuestran una combinación de encubrimiento judicial, manipulación pericial y protección política en favor de Milman, estrechamente vinculado a Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad.

El teléfono que nunca fue

Todo gira en torno al famoso celular de Milman, cuya pericia se convirtió en un escándalo judicial:

1. En mayo de 2023, una ex empleada de Milman declaró que le borraron el celular y el de su jefe en una oficina ligada a Bullrich.

2. En agosto, la Cámara habilitó el secuestro del teléfono, pero la jueza a cargo no actuó.

3. En septiembre, Milman entregó un iPhone 14 Pro, modelo lanzado después del atentado (1° de septiembre de 2022).

4. El aparato, por tanto, no contiene información de la fecha clave y no puede ser peritado sin clave.

5. La clave recién fue entregada en mayo de 2025, dos años después, con Bullrich ya en funciones como ministra de Seguridad.

6. La jueza ordenó que la pericia la realice exclusivamente la Gendarmería, que depende de… Bullrich.

7. Se impusieron “palabras clave” que filtraron los resultados: de 633.299 archivos, solo se analizaron 659 manualmente.

8. El único mensaje “útil” fue de enero de 2023. Nada del período del atentado.

9. La propia pericia dejó constancia de que no hay mensajes entre agosto y octubre de 2022.

10. Se pidió una nueva pericia más rigurosa, pero la jueza insistió en repetir el procedimiento con el mismo equipo de Gendarmería.

11. El resultado fue el mismo: nulo.

12. No se publicó ni la metodología ni se menciona que el modelo entregado es posterior al atentado.

13. No hay explicación sobre los mensajes desaparecidos ni sobre el cambio de equipo.

“¿Quién mandó a matar a Cristina?”

El diputado cerró su posteo con la misma pregunta que resuena desde aquella noche trágica en Recoleta: “A tres años del intento de asesinato de Cristina sigue pendiente la respuesta a la única pregunta: ¿Quién mandó a matar a Cristina?”

La denuncia no es nueva, pero cobra fuerza en un momento en que el Gobierno de Javier Milei sostiene un control férreo sobre organismos de seguridad e intenta blindar políticamente a su entorno, incluso frente a una causa que —de probarse algún vínculo— sacudiría los cimientos institucionales del país.

El silencio de la Justicia, la pasividad de la jueza y el direccionamiento pericial refuerzan la sospecha de un pacto de impunidad entre el aparato estatal y sectores del poder real.

 

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