fbpx
31
Vie, Oct

Economía

Según un estudio del Centro RA de la UBA, el uso de tarjetas de crédito en compras básicas subió del 39% al 45% desde 2023. Aumenta la morosidad y cae el consumo general.

Un informe del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA reveló que casi la mitad de los argentinos (45%) utiliza tarjetas de crédito para comprar en supermercados, frente al 39% registrado en diciembre de 2023. En el mismo período, el uso de débito cayó del 34% al 26%, el efectivo del 20% al 16%, mientras que las billeteras virtuales crecieron del 7% al 13%.

El dato no solo describe un cambio en los medios de pago, sino un recurso de emergencia frente a ingresos que no alcanzan para cubrir el consumo básico mensual. Según los economistas de la UBA, el endeudamiento se volvió una estrategia de supervivencia para millones de hogares.

“Una proporción creciente de las familias está recurriendo al crédito para afrontar consumos esenciales —alimentos, higiene y productos de primera necesidad—, lo que muestra que buena parte del ingreso se destina a pagar servicios y no a consumir”, señalaron desde el Centro RA.

Consumo en retroceso

El informe también muestra el deterioro de la demanda interna.

Las ventas de autoservicios mayoristas se desplomaron 8,4% interanual en agosto y acumulan una contracción del 21% desde el inicio del actual gobierno, mientras que los supermercados cayeron 9% en el mismo período.

Aunque hubo una leve recuperación mensual inferior al 1%, el nivel general de ventas sigue 27% por debajo de los valores de comienzos de la gestión de Javier Milei.

“A más de 32 meses del inicio del mandato, el nivel de ventas en ambos segmentos continúa sin recuperar los valores de comienzos de la gestión”, describe el reporte.

La conclusión del Centro RA es contundente: la recuperación del consumo no está a la vista, en un escenario de alta volatilidad macroeconómica y falta de credibilidad del programa económico oficial.

Morosidad en alza

El crecimiento del endeudamiento viene acompañado de un dato preocupante: la morosidad del crédito al consumo aumentó un 147% desde el inicio del gobierno actual, pasando del 2,5% al 6,2% del total en julio de 2025.

Esto implica que cada vez más hogares no logran afrontar las cuotas de los créditos que utilizaron para financiar gastos básicos.

“No solo crece el uso del crédito, sino también las dificultades de pago”, advirtieron los investigadores, que vinculan la tendencia con la pérdida de poder adquisitivo y la falta de políticas activas de contención.

El endeudamiento cotidiano refleja la pérdida estructural de ingresos. Las tarjetas de crédito, pensadas para financiar consumos extraordinarios, se transformaron en una herramienta de subsistencia.
Mientras los salarios formales siguen por debajo de la inflación y la pobreza laboral alcanza a uno de cada cinco trabajadores, el consumo se sostiene sobre crédito caro y salarios deteriorados.

El problema no es solo económico: es social, y está tocando fondo.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música