fbpx
27
Lun, Oct

Nacional

Con una participación récord baja (~67 %), la coalición La Libertad Avanza logra una victoria amplia en las legislativas de octubre de 2025 y deja al Partido Justicialista ante el desafío de reconectar con sus bases.

El domingo 26 de octubre de 2025 se votaron las elecciones legislativas en Argentina, renovando la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y un tercio de la Senado de la Nación Argentina. En ese contexto, la coalición oficialista La Libertad Avanza (LLA), liderada por el presidente Javier Milei, sacó una ventaja destacada: 40,84 % del sufragio nacional según los primeros conteos. La participación fue aproximadamente 67,8 %, la más baja desde el retorno de la democracia en 1983.

La jornada se inició con un escenario de tensión: la participación elector­al se intuía como punto de alerta para ambos bandos. De hecho, hasta el mediodía del domingo ya había caído considerablemente respecto de otras contiendas.

A media tarde comenzaron a llegar los primeros datos: el oficialismo aparecía al frente tanto en distritos clave como en el cómputo nacional. En la provincia de Buenos Aires, uno de los bastiones tradicionales del peronismo, LLA logró una diferencia que sorprendió a muchos analistas.En el búnker de LLA el clima fue de optimismo. Llegada la hora de anunciar resultados, la presencia de figuras del Gobierno —junto al anuncio de una expansión de bancas en ambas cámaras— marcó que el triunfo no era una mera victoria simbólica, sino un punto de inflexión política.

Por su parte, el peronismo quedó en la posición de derrotado en términos relativos. No se trata sólo del hecho electoral: es la señal de que su hegemonía se ve seriamente cuestionada, justo cuando debe afrontar reformas estructurales del gobierno de Milei que le requerirán negociación.

Con este resultado, el Gobierno de Milei obtiene un respaldo legislativo que le abre camino para impulsar su programa de reformas —económicas, previsionales y laborales— aunque no sin resistencias. La victoria no garantiza una mayoría absoluta ni elimina la necesidad de diálogo, pero reduce claramente la capacidad de bloqueo del peronismo.

Para el peronismo, la derrota plantea un doble reto: recuperar legitimidad ante su base y reconstruirse como fuerza de oposición coherente. La baja movilización electoral (la más baja desde 1983) es otro signo de debilitamiento o desencanto que no podrán ignorar.

En el terreno concreto, el reloj ya empezó a correr: ¿cómo combinará Milei su agenda radical con la necesidad de consenso? ¿Qué rol jugarán actores como Karina Milei o el asesor estrella Santiago Caputo? Esos serán los enigmas de los próximos meses.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música