En un escenario de incertidumbre económica, se proyecta un duro golpe para el consumo y los salarios en Argentina durante el presente año. Se estima que el consumo sufrirá una caída del 10%, mientras que el salario real en el sector privado formal podría disminuir en un promedio del 7%.
Consultoras especializadas sugieren que no será hasta el año 2025 que se vislumbre una posible recuperación tanto en el ingreso disponible como en la adquisición de bienes y servicios, según pronósticos optimistas.
La situación se agrava con la previsión de una disminución del 11% en las ventas de supermercados y un descenso del 7,5% en el sector de restaurantes para el año en curso. En marzo, estas cifras se tradujeron en una caída alarmante del 19% en las ventas de supermercados y un 6,7% en los restaurantes.
Frente a este panorama desafiante, los consumidores están optando por realizar compras más moderadas en comercios de cercanía y prefieren marcas alternativas, además de estar atentos a las promociones y descuentos disponibles.
Por otro lado, la compra de electrodomésticos ha quedado relegada en la lista de prioridades, proyectándose una caída del 25% para el año 2024, evidenciando una tendencia a la baja que se ha acentuado en los primeros meses del año, alcanzando en marzo un preocupante 66,2%.
Expertos advierten que la caída de los ingresos podría profundizarse debido al impacto de los aumentos en las tarifas de servicios públicos. La inflación interanual a marzo fue del 290%, con aumentos significativos en productos y servicios clave para la vida cotidiana.
En cuanto a los salarios, si bien se registró una leve recuperación en marzo, algunos economistas cuestionan la representatividad del índice Ripte, elaborado por la Secretaría de Trabajo, especialmente en contextos de alta volatilidad de precios. La actualización de tarifas en las últimas semanas podría impactar nuevamente en los ingresos, posponiendo cualquier posible recuperación hasta el próximo año.
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