fbpx
06
Sáb, Dic

Ciencia y Tecnología

Investigadores de la Universidad Northwestern descubrieron que las personas modifican su forma de olfatear en función del tipo de olor, en un fenómeno de percepción activa.

Investigadores de la Universidad Northwestern acaban de confirmar algo que hasta ahora era apenas una sospecha: las personas ajustan la forma en que huelen según lo que están oliendo. El hallazgo, publicado recientemente en la revista Nature Human Behavior, revela que los patrones de olfateo humano no son fijos, sino dinámicos y moldeados por la información que el cerebro recibe.

La investigación fue liderada por Vivek Sagar, quien explicó que el trabajo surgió de un interés sostenido en cómo la respiración y el olfateo humanos se relacionan con la percepción sensorial. “Nos preguntábamos si la información de cada olor estaba presente en la forma en que se olfateaba”, declaró Sagar a Medical Xpress.

Para comprobarlo, el equipo analizó un enorme conjunto de datos conocido como NEMO (Neural Encoding Models of Olfaction), que reúne más de 12.000 ensayos experimentales donde tres personas olieron 160 olores distintos mientras eran observadas por resonancia magnética funcional.

El objetivo era claro: determinar si los patrones de olfateo contenían datos suficientes como para predecir qué olor estaba siendo percibido. Para ello, aplicaron algoritmos de aprendizaje automático que confirmaron su hipótesis. “Pudimos predecir con fiabilidad qué olor olía un sujeto en función de su dinámica respiratoria”, afirmó Sagar.

Pero los hallazgos no se limitaron al comportamiento motor: también identificaron la activación de regiones cerebrales vinculadas al sistema olfativo, en particular la amígdala, que además ha sido relacionada previamente con funciones respiratorias en pacientes epilépticos.

Este fenómeno, conocido como percepción activa, ya era bien estudiado en sistemas como la visión —con los movimientos oculares— o la audición —con la orientación de los pabellones auriculares en algunos animales—. Ahora, el olfato se suma a esta lista, en lo que los investigadores consideran un sistema de “circuito cerrado”, donde el estímulo no solo se detecta sino que también modifica el comportamiento exploratorio.

La investigación deja abierta una nueva serie de preguntas: ¿es posible modificar la percepción de un mismo olor si se altera deliberadamente la forma en que se olfatea? ¿Cómo inciden factores emocionales o contextuales en esta dinámica?

“Queremos explorar qué pasa si se huele el mismo aroma de formas distintas. ¿Cambia la experiencia sensorial? También nos interesa estudiar el olfato en situaciones cognitivas o afectivas diversas”, concluyó Sagar.

Si llegaste hasta acá tomate un descanso con la mejor música