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Vie, Oct

Nacional

En la causa por el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Kirchner, un testigo declaró que escuchó al diputado nacional de Juntos por el Cambio Gerardo Milman haber dicho dos días antes del atentado en una conversación en un bar que "cuando la maten yo voy a estar en la Costa".

Según un testigo clave de la causa que investiga el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a través del aporte de un mensaje de WhatsApp, enviado a las 22.36 el 1 de septiembre que rezaba: “Marcos, ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba (Gerardo) Milman con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa y se mataban de risa”. Quien aportó esta información es empleado de un diputado del Frente de Todos, Marcos Cleri-, y así declaró bajo juramento ante la jueza María Eugenia Capuchetti, que Milman, vicepresidente del bloque PRO en Diputados, ya sabía el 30 de agosto que dos días más tarde se iba a cometer el atentado contra Cristina Kirchner.

A partir de este testimonio, la jueza envió a verificar la información secuestrando las cámaras de la confitería Casablanca -ubicada frente al Congreso- y alrededores. Efectivamente, en las imágenes obtenidas se registró que ese día, a esa hora, Milman se apersonó en Casablanca con dos mujeres: Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz. Ambas, empleadas de Milman, dijeron de entrada que no se acordaban o que no habían estado, pero les mostraron las imágenes y ahí confirmaron el encuentro con el diputado. Pero bajaron el tono a los dichos de Milman, al expresar que no habló del atentado sino de un viaje. Es de esta manera que con el mencionado dato se refuerza lo afirmado por el testigo, cuyo nombre se reserva por pedido judicial, puesto que el 1 de septiembre, el diputado Milman habría estado en Pinamar, algo que va en el sentido de lo dicho en Casablanca

Milman, mano derecha de Patricia Bullrich, ya había tenido vinculaciones con hechos por lo menos aproximados al intento de magnicidio que puso en jaque a la política. El 19 de agosto, dos semanas antes del ataque a Cristina, el diputado presentó un extraño proyecto en el que decía textualmente “no vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla”. Milman debería contestar preguntas, en particular si estaba al tanto de la existencia del ataque y en ese caso por qué no lo frenó ni lo denunció.

No es un dato menor que Milman integra la Comisión Bicameral de Inteligencia, o sea que mantiene vínculos con espías y exagentes. Pero, además, de esa Bicameral salió Gastón Marano, el abogado de Gabriel Carrizo, jefe del grupo que vendía copos de azúcar en la esquina de Juncal y Uruguay. En uno de sus mensajes, Carrizo dijo: "esto estaba previsto para dentro de una semana" y mencionó el uso de un arma calibre 22 que habría aportado a la operación. Tras el ataque de Fernando Sabag Montiel, Carrizo salió a elogiarlo.

ENCUENTRO EN CASABLANCA

En el relevamiento de las cámaras -ordenado por Capuchetti y realizado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria- se confirma lo que dijo el testigo. Milman bajó de su vehículo oficial a las 15.23, junto a una mujer, e ingresó en la confitería Casablanca. A las 16.28 estaba con las dos mujeres y, además, en las imágenes se demuestra también que allí sentado estaba el testigo clave, el empleado del diputado del Frente de Todos, quien fue a declarar ante la jueza Capuchetti y aportó el mensaje de WhatsApp que es de máxima significación porque se envió 22.36, dos horas después del ataque a Cristina. En total, la PSA obtuvo 13 fotogramas de la llegada de Milman, su presencia dentro de Casablanca y luego el ingreso a su oficina en el Congreso.

Ivana Bohdziewicz, una de las mujeres que estaba con Milman, de entrada declaró lo siguiente: “No, a Casablanca no voy nunca. Quizás fui algún día a buscar un tostado. Las únicas veces que fui a Casablanca fue aproximadamente en marzo. He ido alguna vez, pero el 30 de agosto no fui. No, en días cercanos al atentado, no recuerdo haber estado en ese lugar”. Pero entonces, cuando el fiscal Carlos Rívolo le mostró los 13 fotogramas que obtuvo la PSA, Bohdziewicz sorprendentemente recordó que estuvo. Pero negó la conversación y la frase “cuando la maten yo ya estoy en la costa”. Declaró: “No, nunca escuché que diga eso. Sólo habló de un viaje a la costa, concretamente a Pinamar. En esa reunión no hablamos de nada que no estuviera vinculado al viaje”.

La otra mujer que estuvo con Milman en Casablanca es Carolina Gómez Mónaco, la que tiene mayor antigüedad en el trabajo con el diputado. Gómez Mónaco ya que ingresó durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando Milman estaba en el Ministerio de Seguridad, junto a Bullrich. “No, no recuerdo, no solemos ir como algo habitual -le contestó al fiscal respecto de encuentros en la confitería Casablanca-. Hemos ido por ejemplo a pedir un tostado o algo para comer. En algún momento, pero no este último tiempo.”

Pero cuando le exhibieron las imágenes se acordó: “Sí, soy la que estoy vestida con un saco amarillo. Es un día más de trabajo, no pasó nada extraordinario para tenerlo presente”. Después, la chica obviamente negó que Milman dijera lo de “cuando la maten voy estar camino a la costa” e incluso discrepó con su colega Ivana: afirmó que el viaje era a Mar del Plata no a Pinamar.

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