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Mar, Abr

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Emocionada, contenta, esperanzada, así se mostraba Isabel Muñoz, que llegó al Centro de Vacunación Municipal temprano en la mañana, sabiendo que era la primera inscripta para vacunarse. Esperó pacientemente su turno y luego, en el descanso post vacunación, expresó su alegría y sus ansias de recuperar el contacto con sus afectos.

“Apenas se abrió la página, mi hija enseguida entró y me anotó, así que fui la primer en vacunarme en la franja de los ochenta”, informó Isabel Muñoz, que irradiaba alegría por haber logrado vacunarse, después de tantas cosas y tanto encierro. “Estoy contenta porque esto lo esperábamos con muchas ansias. Agradezco a las autoridades porque se preocuparon en que realmente la gente de mayor riesgo como nosotros pudiéramos acceder a la vacuna”, dijo.

Isabel lamentó que por la pandemia “estoy encerrada”, y no pudo contactar personalmente a muchos de sus afectos, ni juntarse a jugar a la canasta con sus amigas: “cosas que hacíamos habitualmente y todo eso lo perdimos hace un año”. Luego reflexionó que “a nuestra edad el encierro en muchas personas psíquicamente les ha afectado”, aunque aclaró que “no ha sido mi caso gracias a Dios”.

De todas formas, reflexionó que “con la vacuna igual vamos a tener que seguir cuidándonos, pero nos da una esperanza que los contagios bajen. El barbijo lo vamos a tener que seguir usando un tiempo largo todavía” y pidió “a los jóvenes que nos cuiden a nosotros”.

Consultada sobre la atención en el centro de vacunación, Isabel dijo: “me pareció maravillosa, las enfermeras, la gente que nos atendió, yo vine con mucho miedo ya que tengo problemas para desplazarme, y me habían dicho que tenía que caminar mucho ya que el gimnasio es grande pero cuando mi hija me trajo vimos que podía acceder me quedé y me vacuné. No me dolió, así que le digo a la gente que lo haga que no tenga miedo. Yo me vacuno desde hace ocho años para la gripe al igual que toda mi familia. El 24 de marzo tengo que aplicarme la segunda dosis”.

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