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Mié, May

Internacional

El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica falleció a los 89 años, dejando un legado de austeridad, coherencia y compromiso social que trascendió fronteras y generaciones.

MONTEVIDEO – José "Pepe" Mujica, expresidente de Uruguay y figura emblemática de la izquierda latinoamericana, falleció este martes 13 de mayo a los 89 años, en su chacra de Rincón del Cerro, Montevideo, tras una larga lucha contra el cáncer de esófago.

Mujica, exguerrillero tupamaro, pasó casi 15 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya, muchos de ellos en condiciones extremas. Tras su liberación en 1985, se integró a la vida democrática, siendo electo diputado, senador y luego presidente entre 2010 y 2015.

Durante su mandato, impulsó reformas sociales progresistas como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación de la marihuana, posicionando a Uruguay como un referente en derechos civiles.

Conocido por su estilo de vida austero, Mujica donaba la mayor parte de su salario presidencial y vivía en una modesta chacra junto a su esposa, Lucía Topolansky, también exguerrillera y figura política destacada.

En abril de 2024, anunció públicamente su diagnóstico de cáncer de esófago y su decisión de no someterse a tratamientos agresivos. "He vivido mucho, ya está", expresó con la serenidad que lo caracterizaba.

Su muerte ha generado una ola de homenajes en América Latina y el mundo. Líderes como Evo Morales, Gustavo Petro y Pedro Sánchez destacaron su integridad y compromiso con la justicia social.

Pepe Mujica no solo fue un político, sino un símbolo de coherencia y humanidad en la vida pública. Su legado perdurará como ejemplo de que es posible hacer política sin perder el alma.

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