El reciente informe del Asociación para la Pequeña y Mediana Empresa de Santa Fe (APYME) alerta sobre el impacto de la apertura de importaciones durante el mandato de Javier Milei en la provincia.
La provincia de Santa Fe, tradicionalmente uno de los bastiones industriales y agro‑industriales de Argentina, está atravesando una crisis que muchos actores productivos califican de estructural. Un nuevo trabajo del Observatorio de Importaciones de APYME Santa Fe advierte que, desde la asunción del presidente Javier Milei, se cerraron más de 2.000 empresas en la provincia —de las cuales 225 pertenecen al sector manufacturero— y se perdieron 12.456 empleos registrados (‑2 % respecto a noviembre de 2023).
Desarrollo: cifras que alarman
- Según el informe, las importaciones alcanzaron un peso del 31 % del PBI provincial en 2025 —el nivel más alto en 22 años—, impulsadas principalmente por la entrada de bienes finales.
- Las importaciones de bienes finales o de consumo crecieron un 86 % respecto de enero de 2024, mientras que las de bienes intermedios se incrementaron un 27 %. Esta distinción resulta central porque los bienes intermedios suelen alimentar la producción local; los finales, en cambio, compiten directamente con ella.
- Por tamaño de empresa, la destrucción de empleo ha sido más intensa en las grandes: ‑9,1 % de pérdida de puestos en firmas grandes, ‑6,8 % en las pequeñas y ‑2,3 % en las medianas.
- Las cadenas productivas más golpeadas: materiales para la construcción (‑19 empresas), maquinaria agrícola (‑16), calzado (‑15). Además, la línea blanca sufrió el cierre de 12 empresas (18,5 % del total provincial).
- El sector manufacturero, particularmente, registró una caída del 4,8 % en el empleo, lo que representa el 53 % de todos los puestos perdidos en la provincia.
Contexto y vinculación política‑económica
El informe vincula directamente esta situación al cambio de ciclo en las políticas económicas nacionales: la administración de Javier Milei impulsó una liberalización rápida de las importaciones, sin simultáneamente desplegar mecanismos de protección o estímulo para la industria local. Algunos datos señalan que la situación es aún más profunda que la apertura registrada en el gobierno de Mauricio Macri (2016‑2019).
En ese marco, el clásico modelo de sustitución de importaciones e incentivo al mercado interno parece haber quedado atrás. Y el resultado: fábricas que se apagan, maquinaria que deja de girar y mano de obra calificada que queda sin ocupación.
Enfoque sobre maquinaria agrícola
Un capítulo aparte merece el sector de maquinaria agrícola, vital para Santa Fe. La provincia se había convertido en un clúster de diseño y fabricación de equipos adaptados a la revolución científico‑tecnológica del agro. Pero la apertura indiscriminada —y en especial la habilitación, según el informe, de importación de equipos usados— pone en riesgo una ventaja competitiva estratégica. El ingreso de maquinarias usadas y baratas está erosionando el entramado productivo y generador de empleo calificado.
Este dato cobra doble relevancia cuando se considera que la maquinaria agrícola es intensiva en tecnología y conocimiento local, justamente en la franja que las políticas liberalizadoras descuidaron.
La combinación de recesión, apreciación del tipo de cambio, apertura de importaciones y caída del empleo industrial configura para Santa Fe un escenario de doble golpe: pérdida de empresas + pérdida de empleo. Mientras la macroeconomía brilla para unos pocos, la economía real de la provincia sufre. ¿Va a haber reacción gubernamental? El informe de APYME advierte que sin políticas activas de contención y estímulo productivo, el cierre de fábricas y la pérdida de empleo podrían acelerarse. ¿Se está tomando nota? Eso es lo que está en juego.
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