Pablo Grasso destacó el rol de los intendentes en el reclamo por una distribución más justa del tributo a los combustibles.
Tras la media sanción que otorgó el Senado al proyecto de reforma de la distribución del impuesto a los combustibles y de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), el intendente Pablo Grasso expresó su respaldo a la iniciativa y advirtió que los municipios “necesitan oxígeno” tras un año y medio de ajuste constante del gobierno nacional.
“Es una propuesta que venimos planteando desde el año pasado entre todos los intendentes del país. Celebro que por fin el Senado haya puesto un freno a tanto ajuste”, afirmó el jefe comunal. En este contexto, llamó a la Cámara de Diputados a “aprobar rápidamente” la norma para que los recursos “puedan llegar sin demoras a nuestras comunidades”.
El proyecto en cuestión plantea un cambio sustancial en la coparticipación del impuesto a los combustibles, proponiendo la siguiente distribución: 14,29 % para el Tesoro Nacional, 52,02 % para las provincias y 28,69 % para el Sistema Único de Seguridad Social. Esta fórmula implica una mayor participación de las jurisdicciones subnacionales, lo que responde a un reclamo federal que creció con fuerza durante el último año.
Grasso subrayó la necesidad de que esos fondos no queden sólo en las provincias sino que lleguen directamente a los municipios. “Fundamentalmente lo que pedimos es que sean rápidamente coparticipados con los gobiernos locales. Las ciudades son el primer lugar donde el ajuste se hace sentir, y es donde los vecinos reclaman soluciones concretas”, advirtió.
Además, sostuvo que los intendentes han sido “actores claves” en la defensa del tejido social y la prestación de servicios esenciales durante la crisis económica. “Nuestros vecinos ven cómo suben los precios, se caen obras y se recortan políticas públicas. Si los recursos no se descentralizan, el ajuste sigue siendo igual de brutal”, sentenció.
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