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Dom, May

Ciencia y Tecnología

Las ráfagas rápidas de ondas de radio (FRBs, por sus siglas en inglés) son ráfagas de radio de milisegundos de duración que vienen de distintos puntos del cosmos. Son extremadamente potentes, comparables a la cantidad de energía que la civilización humana moderna podría producir durante decenas de miles de millones de años.

Desde el descubrimiento de la primera FRB en 2007, se han encontrado varios cientos de ellas. Sin embargo, el origen físico de las FRBs sigue sin resolverse.

La mayoría de estas FRB provienen de fuera de la Vía Láctea. Observaciones recientes de una FRB originada dentro de nuestra galaxia, concretamente en un magnetar (un tipo de estrella de neutrones que se cree que tiene un campo magnético extremadamente fuerte) sugieren que algunas FRBs provienen de magnetares, pero el origen de las FRBs que vienen de más lejos, especialmente las que se repiten activamente, no está claro.

Utilizando el radiotelescopio chino FAST (Five-hundred-meter Aperture Spherical radio Telescope), un equipo de científicos de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia China de Ciencias ha detectado cerca de 2.000 ráfagas rápidas de ondas de radio de una misteriosa fuente catalogada con el nombre de FRB 20201124A. Además, los análisis revelan que FRB 2021124A está inmersa en un entorno magnetizado complejo y de evolución muy dinámica.

El equipo de Bing Zhang utilizó el FAST para monitorizar FRB 20201124A durante unos dos meses. Los investigadores analizaron 1.863 ráfagas de FRB 20201124A detectadas por el FAST durante un total de 84 horas de observación a lo largo de 54 días, lo que supone la mayor muestra registrada hasta el momento de entre todas las de ráfagas de esa clase con información de polarización. La elevada tasa de eventos convierte a FRB 20201124A en una de las fuentes de FRBs más activas conocidas.

Los autores del estudio descubrieron varios fenómenos nunca antes detectados, por ejemplo, la variación irregular a corto plazo al medir la rotación de Faraday (referente a la intensidad del campo magnético en la dirección desde donde se hace la medición) de las ráfagas individuales durante los primeros 36 días, seguida de un valor constante; la caída de la actividad de las ráfagas en una escala de tiempo inferior a tres días; la prominente polarización circular en estas ráfagas (hasta el 75%); y las oscilaciones en las polarizaciones circulares y lineales fraccionadas.

Todas estas características proporcionan una fuerte evidencia de un entorno magnetizado de muy alta complejidad y que evoluciona mucho y rápido. Dicho entorno tiene tan solo un radio de aproximadamente 1 unidad astronómica, o sea la misma distancia que separa a la Tierra del Sol.

Observaciones hechas desde el observatorio Keck, equipado con dos telescopios ópticos de 10 metros y situado en Hawái, Estados Unidos, han revelado que FRB 20201124A reside en una región de baja densidad de una galaxia similar a la Vía Láctea. Las características de este entorno no concuerdan con las propias de un escenario en el que hay un magnetar formado durante una explosión extrema de una estrella masiva que dio lugar a un largo estallido de rayos gamma o a una supernova superluminosa.

El equipo de investigación sospecha que podría haber algo más en las proximidades de la fuente de esas FRBs, posiblemente una compañera binaria. En cualquier caso, el misterio sigue pendiente de ser resuelto y habrá que investigar más para intentar desvelarlo.

El estudio se titula “A fast radio burst source at a complex magnetized site in a barred galaxy”. Y se ha publicado en la revista académica Nature.

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