El intendente Pablo Grasso y su equipo encabezaron la entrega de certificados en el Rotary Club. Se trata de una política concreta para generar trabajo y oportunidades.
El salón del Rotary Club Río Gallegos se llenó de aplausos, orgullo y emoción. Más de 100 vecinos recibieron sus certificados por haber finalizado alguno de los cursos dictados por la Escuela Municipal de Oficios y Emprendimientos, una iniciativa que —lejos de los discursos vacíos— demuestra que la política puede cambiar realidades concretas.
El intendente Pablo Grasso encabezó la ceremonia junto a la decana de la UNPA, Karina Franciscovic; la secretaria de Producción, Moira Lanesan; y la secretaria de Niñez, Julia Chalub. También participaron autoridades del Concejo Deliberante y del Rotary, que prestó su espacio para el evento.
Desde el primer minuto, la jornada tuvo un tono especial. Moira Lanesan, visiblemente emocionada, definió al proyecto como “un sueño colectivo”:
“Esto es prueba de que sí se puede transformar vidas. Ustedes mandan a hacer delantales, remeras, se pagan los materiales aunque no les sobre... Eso es compromiso. Ahora son agentes que pueden replicar este sueño y multiplicarlo”.
La política que sirve
El proyecto de la Escuela de Oficios fue aprobado por decreto municipal y combina esfuerzos de distintas áreas del Municipio con el apoyo técnico de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. El objetivo es claro: formación práctica, rápida, concreta, orientada a generar ingresos, oficios y servicios de calidad.
Pablo Grasso, fiel a su estilo, fue al hueso:
“Vivimos en un país donde no hay verdadera escuela de oficios. Muchos anuncian cosas que después no cumplen. Nosotros desde el Municipio entendimos que había que movernos rápido, usar nuestros recursos y brindar oportunidades reales”.
Y lo conectó con el desarrollo local:
“Cuando vienen empresarios o embajadores a Gallegos, lo primero que preguntan es por los servicios. Y para tener servicios de calidad, tenemos que tener vecinos capacitados. Por eso esto no es un gasto, es inversión en capital humano”.
Los cursos, uno por uno
Los talleres se dictaron entre junio y septiembre, con propuestas que van desde lo técnico hasta lo comunicacional:
- Potenciando mis habilidades laborales, por Lic. Carolina Águila Bistritsky
- Instagram para emprendedores – Nivel I, por Lic. Johanna Barreyro
- Introducción a la destilería, por Edgardo Baeza
- Introducción a bartender, por Julián Márquez
- Pastelería para principiantes, por Romina Casafuz
- Electricidad para el hogar, por Marcelo Eduardo Sajama
- Mantenimiento domiciliario básico, por Damián César AcostaOratoria y lenguaje corporal – Nivel I y II, por Gabriela Ana Toledo
El aplauso final coronó no solo un acto, sino un modelo que —a contramano del ajuste brutal que se vive a nivel nacional— sigue apostando al desarrollo comunitario, la dignidad del trabajo y la formación como motor de cambio.
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