La actividad se desplomó tras el freno económico de febrero y el sector denuncia caída de la demanda interna y pérdida salarial.
La actividad industrial argentina, con la industria forestal-maderera como uno de sus sectores más afectados, atraviesa un parate que comenzó a sentirse con fuerza desde febrero y que, según analistas y empresarios, amenaza con prolongarse si no se reactiva la obra pública.
El economista Carrera explicó que el techo de la actividad se alcanzó en el segundo mes del año, cuando todavía se observaba un “circuito virtuoso” de recuperación: “Hasta febrero, la economía mostraba un repunte, los salarios se recuperaban y la inflación bajaba. Pero a partir de allí ese circuito se rompió”.
El cambio de tendencia, sostuvo, estuvo marcado por una mayor competitividad cambiaria —aun con un dólar barato en términos estructurales— y, sobre todo, por el deterioro del poder adquisitivo. “El salario formal privado, principal motor del consumo interno, cayó 5% real entre febrero y junio. Sin recuperación salarial, la demanda interna se estanca”, detalló.
En el caso de la industria forestal y maderera, la falta de obra pública golpea doble: frena la construcción y, con ella, la demanda de insumos. Empresarios del sector advierten que sin un plan de reactivación inmediato, muchas plantas reducirán personal o directamente cerrarán.
Carrera agregó que, en la ecuación de costos empresariales, el tipo de cambio hoy pesa más que los salarios, lo que refleja el ajuste sobre los ingresos de los trabajadores. “El Gobierno logró moderar el traslado a precios por la caída del consumo, pero esto tiene un costo social y productivo evidente”, concluyó.
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