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Vie, May

Ciencia y Tecnología

Cuando un perro o un gato llevan tiempo suficiente conviviendo con humanos, perciben en el modo de hablar las emociones básicas, como por ejemplo si la persona está contenta de ver al animal o si se ha enfadado por algo que ha hecho. Pero ¿qué ocurre con los animales de granja? Una investigación ha buscado la respuesta a esta pregunta.

Los susurradores de caballos, es decir, las personas con un supuesto talento especial para comunicarse con ellos y lograr cosas como domar a los caballos indomables, han sido considerados por mucha gente como algo mayormente esotérico. Pero según una nueva investigación de un equipo de la Universidad de Copenhague en Dinamarca y el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (ETH), puede haber bastante de cierto en esa supuesta habilidad para tranquilizar a los caballos hablándoles.

Elodie Briefer (Universidad de Copenhague) y sus colegas investigaron a diversos animales para verificar si son capaces de distinguir entre sonidos con carga emocional positiva y sonidos con carga emocional negativa.

La forma en que les hablamos a los animales es más importante para ellos de lo que creemos. Los resultados del estudio indican que los caballos normales, los caballos salvajes asiáticos y los cerdos pueden distinguir entre los sonidos negativos y los positivos, generados por sus congéneres y sus parientes evolutivos cercanos, así como por el habla humana.

Esto indica que dichos animales se ven afectados por las emociones con las que cargamos nuestras voces cuando les hablamos o lo hacemos con otros estando cerca de ellos. Reaccionan con más fuerza (y generalmente más rápido) cuando se les dirige una voz cargada de emociones negativas, en comparación con cuando se les dirige una voz cargada de emociones positivas.

Elodie Briefer y sus colaboradores usaron sonidos cargados de emociones para investigar las reacciones de diversos animales de granja y de algunos salvajes. (Foto: Kristian Bjørn-Hansen, Copenhagen University)

En definitiva, todo apunta a que nuestras voces tienen una influencia directa en el estado emocional de los animales, lo cual es muy interesante desde la perspectiva de las políticas que velan por el bienestar animal, tal como argumenta Briefer.

El estudio se titula “Cross-species discrimination of vocal expression of emotional valence by Equidae and Suidae”. Y se ha publicado en la revista académica BMC Biology.

Fuente: NCYT

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