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Vie, Abr

Ciencia y Tecnología

Una expedición multinacional de Paleontólogos descubrió prácticamente un ecosistema entre lo que se destacó los restos de un megarraptor 40 Km al sur de El Calafate. Los investigadores informaron que en la ubicación se pudo encontrar gran variedad de fósiles desde tortugas acuáticas, polen, y dinosaurios.

Los Investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales informaron que en la ubicación encontraron un dinosaurio carnívoro de gran tamaño y de unos 70 millones de años de antigüedad. en donde se recuperaron vértebras, costillas y parte de lo que sería el pecho y la cintura escapular de este ejemplar.

La tarea que llevo unos 15 días para el rescate y extracción de este megarraptor posibilita a los investigadores presentar en sociedad una nueva especie de gran tamaño dentro de este grupo de dinosaurios carnívoros con características letales para atacar a sus presas.

El doctor Fernando Novas, jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada del MACN e investigador del CONICET, comentó que “este nuevo hallazgo nos va a permitir conocer cómo fueron estos dinosaurios en este rincón de la Patagonia y conocer sus relaciones de parentesco con los megarraptores encontrados en otras partes del mundo”.

El paleontólogo Novas fue quien descubrió el primer ejemplar de este grupo de dinosaurios en el año 1996, en la provincia de Neuquén, y fue quien acuño el nombre Megaraptor (“gran rapaz”) para esta criatura.

“Para mí, fue una gran satisfacción que, desde que hiciéramos aquel primer hallazgo en Neuquén, se encontraran primos del Megaraptor en otras regiones del mundo”, valoró Novas. Y destacó: “Ahora, sumamos otro megarraptor más de la Patagonia”.

Por su parte paleontólogo Mauro Aranciaga Rolando indicó... “Hemos encontrado un ejemplar muy grande de un nuevo megarraptórido, los cuales eran dinosaurios carnívoros formidables, porque tenían un conjunto de adaptaciones para la caza que era realmente espectacular”.

“A diferencia del Tyrannosaurus rex, los megarraptores eran animales más esbeltos, más preparados para la carrera, con colas largas que les permitían mantener el equilibrio, a la vez que tenían patas musculosas, pero alargadas para poder dar pasos largos”, contó Aranciaga Rolando, becario del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN).

Los megarraptores tenían varias características que permiten describirlos como letales. Según relató Aranciaga, “las armas principales de los megarraptores estaban en sus brazos, porque eran extremadamente alargados y musculosos, al tiempo que tenían garras a modo de guadaña en sus dedos pulgares, las cuales tenían un borde afilado y alcanzaban los 40 centímetros de largo, por lo que es probable que este animal haya conferido profundos zarpazos contra sus presas”.

Aranciaga aseveró que “esta posible nueva especie de unos 10 metros de largo, además de la importancia que tiene por su tamaño, representa una de los ejemplares más modernos de la familia de los megarraptores, ya que los que se conocían hasta ahora eran algunos millones de años más antiguos”.

Otras de las características que Aranciaga Rolando indicó como favorables para la aptitud depredadora de los megarraptores es que poseían un cuello y un cráneo alargados, lo que seguramente les ayudaba a la hora de alcanzar a sus presas con más facilidad.

Carreras de dinosaurios

La condición de velocistas habría sido muy importante para los megarraptores. El paleontólogo Sebastián Rozadilla del MACN y CONICET indicó que “estos dinosaurios carnívoros no se habrían alimentado de los saurópodos, que son aquellos grandes dinosaurios de cuello largo que también habitaban en dicha zona, sino de otros dinosaurios herbívoros de los cuales también se ha encontrado una manada en esta formación Chorrillo, al oeste de Santa Cruz”.

“Estos dinosaurios herbívoros podían alcanzar entre cinco y seis metros de longitud y pertenecían a la especie Isasicursor, los cuales eran animales bípedos y grandes corredores”, aseveró Rozadilla. De allí que la velocidad de los megarraptores habría sido un factor importante para poder cazarlos.

Estos dinosaurios herbívoros vivían en grandes grupos, entre los cuales había crías, juveniles y adultos. “Vivían de forma parecida a como lo hacen actualmente las gacelas o antílopes en la sabana africana”, describió Rozadilla.

El rescate de este gran depredador

Los megarraptores más pequeños que se conocen miden unos cinco metros, en tanto que los más grandes alcanzan longitudes similares a este ejemplar encontrado al suroeste de Santa Cruz durante la última campaña realizada durante el mes de marzo.

Para extraer a este animal, el cual se encontraba en una roca extremadamente dura, hubo que emplear maquinaria apropiada como la cortadora de roca, con la cual se fueron abriendo canaletas en las cercanías de los fósiles.

En una labor que demoró unas dos semanas, con cinceles y martillos, los paleontólogos retiraron la roca que rodeaba al ejemplar a fin de retirar cada uno de los huesos. “Finalmente, se cubrió con yeso y con vendas a la roca que contenía en su interior al fósil, con el fin de que éste no se destruyera durante su transporte hasta Buenos Aires”, describió Aranciaga.

Por estas semanas, este depredador formidable se encuentra cumpliendo debidamente con su cuarentena en el Laboratorio de Anatomía Comparada del MACN, a la espera de que los investigadores puedan continuar con su preparación y estudio. Posteriormente, este velocista hará su viaje de regreso a la provincia de Santa Cruz para enriquecer las colecciones del Museo “Padre Jesús Molina”, en Río Gallegos.

Fuente:  CTyS - UNLaM

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