En el primer mes del año, se registró un superávit primario de $2 billones, sin embargo, las jubilaciones aportaron un recorte de $890.000 millones, generando preocupación en el mercado sobre la sostenibilidad de esta situación.
Según un informe de la sociedad de bolsa Portfolio Personal Inversiones (PPI), el recorte no se limitó a las jubilaciones. Además, los consumidores contribuyeron con 22,5 puntos porcentuales mediante menores subsidios, mientras que los empleados del Estado, que no recibieron aumentos acordes a la inflación, aportaron 12 puntos.
El estudio de PPI destaca que este resultado abrumador se basó en una significativa licuación de gastos públicos, con una contracción del gasto primario del 39,4% en términos reales.
Se observa una marcada caída en los gastos primarios corrientes, especialmente en prestaciones sociales, donde las jubilaciones y pensiones sufrieron una merma del 38,1%. Asimismo, los subsidios económicos se redujeron en un 64%, principalmente debido al recorte en los subsidios energéticos.
Además, se evidenció una disminución del 28,3% en los gastos de funcionamiento, destacándose la reducción de los salarios del sector público.
Por otro lado, el gobierno de Javier Milei recortó significativamente las transferencias a provincias y los gastos de capital se desplomaron en un 86%.
Pese a estos ajustes, PPI advierte sobre la sostenibilidad del ajuste fiscal, señalando que la licuación del gasto público puede no ser una solución a largo plazo, especialmente en el caso de las prestaciones sociales.
El reporte destaca la importancia de alcanzar superávits fiscales robustos en la primera mitad del año para compensar los típicos déficits del segundo semestre, con el objetivo de alcanzar el equilibrio financiero en 2024.
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