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Mié, Abr

Nacional

La portavoz presidencial Gabriela Cerruti pidió que se apruebe el proyecto de Renta Inesperada en el Congreso de la Nación que fue enviado por el Ejecutivo en junio de este año.

"Necesitamos que se apruebe ese proyecto porque significa mayores ingresos para el Estado que van a poder ser redistribuidos en muchas de las políticas que muchos sectores reclaman", afirmó la funcionaria en la habitual conferencia de prensa que brinda cada jueves y reconoció que "ésta debería ser la agenda prioritaria en el Congreso".

Según Cerruti, esta iniciativa no apuntaría a las ganancias que tengan para invertir sino a las que se generaron "producto específicamente del cambio en el escenario internacional a partir de la guerra" en Europa. Asimismo, planteó que este tipo de impuestos están vigentes en otros países "con muy buenos resultados" como en Italia, España y Gran Bretaña y ahora también se está debatiendo en Portugal y Alemania.

EL PROYECTO

El objetivo del proyecto del Impuesto de Renta Inesperada es alcanzar a las grandes empresas que incrementaron sus márgenes de ganancias por los efectos colaterales ocasionados por la guerra en materia económica, "algo transversal, a diferencia de otros países", aseguraron desde el Gobierno en su momento cuando dieron a conocer la iniciativa.

El proyecto de ley prevé la creación de una sobre-alícuota del 15% del Impuesto a las Ganancias de Sociedades de Capital aplicable al ejercicio fiscal 2022 para empresas que registren una Ganancia Neta Imponible o Ganancia Contable superior a $1.000 millones. La alícuota contemplará la Ganancia Neta Imponible que haya crecido en términos reales y que cumplan con un margen de ganancia (ganancia contable sobre sus ingresos) en 2022 superior al 10%, o un aumento del margen de ganancia en relación al 2021 de al menos 20%.

Desde el Ministerio de Economía, que en ese entonces dirigía Martín Guzmán, estimaron que con los precios internacionales actuales es posible que alrededor de 350 empresas se encuentren dentro de los parámetros contemplados en la iniciativa. Con sus primeros cálculos, consideraron que la recaudación por este concepto rondaría los US$ 1.000 millones. Al momento de su presentación, Martín Guzmán, defendió el proyecto de ley y sostuvo que "no hay progreso si el crecimiento no es compartido" y que "este Gobierno es socio de quienes apuesten por el trabajo y la producción".

"La renta inesperada no es un nuevo impuesto; es una sobre-alícuota en un año de guerra que ha generado un gran problema distributivo en todo el mundo; el Estado tiene una responsabilidad en la construcción de reglas de juego para una sociedad que progrese; y no hay progreso si el crecimiento no es compartido", afirmó el ahora ex funcionario y señaló que a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania "ha habido un shock que ha generado para ciertos sectores una renta que no tiene nada que ver con una mayor inversión sino que es producto del shock internacional, que al mismo tiempo le genera problemas a millones de personas".

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